Mercadéese como un producto

Por Olman Martínez, Universidad de las Ventas.
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El tema del manejo de la imagen personal ha tomado relevancia en el mundo corporativo moderno. Con los embates de la globalización, la explosión demográfica, la alta rotación de ejecutivos en diferentes organizaciones, la “transnacionalización” de muchos y los cambios en las escalas de valores tradicionales, el saber manejar su propia imagen y cómo proyectarla, se convierte en una herramienta imprescindible. Ya no sólo es necesario ser bueno, sino también parecerlo.

¿Cómo se mercadea a un ejecutivo, o a un artista, o a un político? Los expertos en el mercadeo de personas han llegado a la conclusión de que todas las técnicas que se utilizan para mercader a un producto en el supermercado, pueden emplearse para mercadear a una persona.

Un producto, antes de ser lanzado, requiere de un estudio de factibilidad; el individuo también. Se necesita promocionarlo periódicamente para mantenerlo en la mente de sus potenciales consumidores; la persona también. Puede agregársele un “plus” para hacerlo más apetecible; al individuo también puede adicionársele un conocimiento o una habilidad nueva que lo ayudará a tener mejor aceptación. Un producto, luego de años en el mercado, requiere de un replanteamiento y tal vez de un relanzamiento; el ejecutivo también.

Un dato curioso es que el producto de supermercado, entre más visible esté a la vista del consumidor, más rotación tendrá. Si al producto que estaba colocado en la góndola pegada al piso se le sube y coloca en la altura que está entre la cintura y los ojos del cliente adulto, tiene posibilidades de rotar hasta en un 74 por ciento más.

¿Verdad que igual es el ejecutivo? Si es bueno, si tiene excelentes ideas pero nadie lo conoce, nadie lo ve, nadie lo recuerda... de nada le sirve. El ejecutivo también necesita visibilidad dentro de la organización, y eso es parte del manejo de imagen.

El mercadeo del político es también todo un arte, y en éste la imagen que se logre proyectar vale el 95% del esfuerzo. ¿Qué compra el votante popular? ¿Cuántos de ustedes se han leído, realmente, un programa de gobierno que presente un candidato? Muy pocos, por supuesto. ¡Y esa es la esencia de lo que el candidato está vendiendo! Sin embargo, el jefe de imagen del candidato sabe que otros factores, como apariciones en público, saludos personales en lugares abiertos, sonrisas, abrazos y alzadas de niños, pueden atraerle votos.

El ejecutivo es igual. Es un candidato que anda buscando votos continuamente; de sus jefes, de sus colaboradores, de sus clientes. Y entre más votos obtenga, mayores posibilidades tiene de lograr sus objetivos en la organización. El saber manejar su imagen le acercará más a una promoción, a una mayor cuota de influencia, a tener mayor visibilidad ante la gente.

¿Qué es lo que debe manejar el ejecutivo? El esfuerzo se divide en dos grandes áreas. “La mujer del César no sólo debe ser digna, sino también parecerlo”.

En esa sentencia ancestral se enmarcan ambas áreas. Una es la del contenido. Otra es la del empaque. Y en esto también podemos comparar las técnicas con las del producto de supermercado: tiene un empaque, que es lo que en primera instancia llamará la atención del comprador, y tiene un contenido, que es lo que finalmente, se espera, brindará la esperada satisfacción.

El mundo se mueve por estereotipos. Eso es conocido y aceptado en el mundo social, político, comercial y, por supuesto, dentro de las organizaciones. Las personas se hacen una impresión de alguien por lo que ven, y tratan a ese individuo y actúan con él de acuerdo con esa percepción.

Por eso el ejecutivo listo identifica cuáles son los “estereotipos” ganadores y perdedores del medio en que se desenvuelve, e intenta –con total premeditación y cálculo estratégico—alejarse lo más posible de las características del estereotipo perdedor, y acercarse y adoptar las del estereotipo ganador.

El nombre del juego es: “cumplir con las expectativas del mercado”.

Para algunos esto podría sonar a “dejar de ser yo mismo”. Bueno, en parte podría ser así. Pero más bien se trata de que, al igual que un buen producto en la góndola del supermercado, usted intente mejorar constantemente, dando a la oferta un nuevo ámbito, un carácter permanentemente perfectible.


Olman Martínez es Presidente de La Universidad de las Ventas, empresa del Grupo Edinter Consultores, con sede en San José, Costa Rica. Olman Martínez es un reconocido conferencista motivacional y experto capacitador de vendedores, con trayectoria de años en todo el Continente Americano. Si desea enviar un email al autor, hágalo por medio de la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (Derechos Reservados U-Ventas.)

Olman Martínez

Director de la Universidad de las Ventas.